miércoles, 17 de abril de 2013

TESTIMONIO ROMANO


ROMA

Cerámica romana
Se entiende por romanización, el proceso de transformaciones socio-culturales que afectó a los pueblos indígenas mediterráneos sometidos militarmente a Roma a partir de los silgos IV y III a.C. Este fenómeno tuvo una intensidad variable en función de los contactos de estas sociedades con otras culutras púnico-helenística y de las modalidades de la conquista. La búsqueda de  colaboración con la élites locales fue una constante de acción de Roma, que no pretendía en ningún caso, alterar el orden social, sino adaptarlos al modelo itálico. En este sentido las ciudades, entendidas como comunidades estructuradas políticas y socialmente con autonomía administrativa y centro de nueva forma de vida y de cultura religiosa, es el motor de promoción de este cambio. Importante, es que por lo tanto, el legado de Roma en la Península ibérica y con ello en la Región es de gran importancia, por lo que el museo hace constancia de ellos en sus exposiciones, piezas y reconstrucciones.   
Ofrendas romanas


La romanización del pueblo ibérico, supuso la introducción de las deidades romanas, pero también supuso un proceso de fusión entre ellas y las creencias locales. Entre los siglo I y III. d.C, se introdujeron religiones orientales que prometían la salvación del individuo en el más allá, como el mitraísmo y el cristianismo.  En la península también se difundió el culto al emperador con una marcado carácter político, y de ellos se hace eco el museo, reuniendo importantes piezas de culto.
Estatua de culto imperial

Culto imperial

Por otro lado, la sociedad romana, nos ha dejado algunos recetarios de cocina y numeroso relatos de banquetes que ilustran sobre la importancia cultural y social de un hecho que constituye un auténtico acontecimiento social. Y como tal se desarrolla según un ritual preciso que refleja la riqueza, la posición,  y los valores de quienes lo ejercitan. Tanto los recetarios como los relatos, muestran el grado de elaboración de la cocina romana, una complejidad culinaria que la arqueología confirma y recoge el museo:  con instalaciones especificas en las casa, utensilios para calentar o refrescar líquidos y alimentos: vajillas de metal y vidrio y cerámica.
Piezas de cocina romana




                                                                                                                                                    

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